A escasas horas de abrirse las urnas, me siento aliviado porque aún podemos escoger con libertad de entre varias opciones -cada una con perfiles diferentes-, el líder que cada cual prefiere para este momento histórico. No son muchos los países latinoamericanos que pueden contar con una baraja de candidatos ofreciendo alternativas, incluso visiones opuestas de sociedad y de la función de los gobiernos.

Uno de los beneficios inmediatos de firmar los acuerdos con las Farc es haber favorecido la gestación de más opciones, de tal manera que diversas expresiones de nuestra sociedad pueden verse representadas en quienes aspiran a ocupar el solio presidencial. Igualmente, supone la necesidad de formar nuevos y fuertes movimientos políticos que sustituyan y renueven a los anquilosados partidos políticos, venidos a menos por las prácticas reprobables de sus sempiternos representantes.

Como miembro de la Junta de la Cruz Roja no puedo, por estatutos, tomar partido público en favor de cualquier candidato. Pero no me inhabilita para afirmar que albergo la esperanza que quien sea elegido tenga el equilibrio para respetar y promover al menos dos cosas que me son caras: que el próximo gobierno siga respetando la libertad de escoger qué pensar, qué decir y en qué creer; y que tenga la sensibilidad social necesaria para continuar construyendo una sociedad más justa, fundada en la promoción integral de la persona, el destino universal de los bienes y la opción preferencial por los pobres.

Dado el bajo nivel de la representatividad de nuestra democracia, y aunque en primera vuelta se nos pide votar por quien más se aproxime a nuestro pensar, soy parte del perfil de electores pragmáticos, de los que aprendimos con los años que en el presente estos debates no son asunto de ideologías, las cuales se tornaron en máscaras de proa de partidos y movimientos políticos para revestir de aparente legitimidad las impudicias que se cuecen en los salones cerrados de quienes detentan el poder político. Por eso, para los que tenemos algo de experiencia en estas lides, la interrogante que definirá por quién votar, mientras llegamos al nivel de madurez política que todos añoramos, es cuál de los candidatos con posibilidades, puede causar menos daño a la sociedad en general.

Posdata: Bienvenido el ofrecimiento de acompañamiento y trabajo mancomunado que el alcalde lanzó a los gremios, empresarios y la sociedad civil en la posesión de sus secretarios de Despacho. Atender ese llamado es un deber en tiempos de crisis. Esperamos que esa convocatoria se mantenga por la eficacia de su liderazgo y el buen ejemplo de sus acciones y las de su equipo de trabajo.

 

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